domingo, 25 de noviembre de 2018

Disertación filosófica unidad 3

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DISERTACIÓN FILOSÓFICA UNIDAD 3: EL SER HUMANO Y EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA.

En esta entrada presentaré la disertación filosófica que he realizado en esta unidad 3. En esta reflexionaré acerca del tema: ¿Qué relación hay entre la mente (alma) y el cuerpo?




¿Qué relación hay entre la mente (alma) y el cuerpo?:

Tras la evolución de la filosofía a lo largo de la Historia, se van a cambiar las preguntas que los filósofos se van a ir haciendo y ahora se van a centrar en el ser humano. Desde la Edad Antigua, la Edad Media, la Moderna y la Contemporánea, se van a ir dando opiniones al respecto, sobre diferentes formas de constituir y explicar al ser humano. En este marco vamos a encontrar a Platón y a Aristóteles en la Edad Antigua, a san Agustín y a santo Tomás en la Edad Media, y a Descartes, a Hume y a Kant en la Edad Moderna. Estos van a buscar respuesta a las preguntas ¿quién soy?, ¿qué es el ser humano? y ¿tiene este finalidad? Estas son las preguntas que voy a tratar de responder en esta disertación, presentando con anterioridad los puntos de vista de estos filósofos y, sobre todo, en cuanto al ser humano y la pregunta ¿qué relación hay entre la mente (alma) y el cuerpo?


En primer lugar, cabe destacar a Sócrates, que va a ser el que comience a reflexionar y a hacerse preguntas sobre este tema, tratando de reponderlas desde el punto de vista filosófico. Él pensaba que el ser humano es feliz si adquiere conocimientos y que el hacer el bien o el mal depende de este, del intelecto. Si se desconoce el bien se puede hacer el mal, pero si, por el contrario, si se sabe el bien no se hace el mal. Por ejemplo, si tú sabes que robar es malo, no lo haces. Por todo esto, Sócrates decía que tenía que haber más escuelas que cárceles y el prototipo de hombre feliz era el sabio, el que reconoce su ignorancia para tratar de alcanzar la sabiduría. Esto inició el pensamiento centrado en el ser humano.

En segundo lugar, Platón, influenciado por Sócrates, va a dar una propia visión del hombre. Él fue un filósofo dualista (la realidad y el hombre están formadas por dos substancias radicalmente distintas). Así que, para él, la realidad se dividía en el Mundo de las Ideas y el mundo sensible. En cuanto al hombre, era alma y cuerpo, diferentes, independientes, siendo el segundo cárcel del primero. Por lo tanto, la relación entre ambos era que el alma había sido castigada a vivir en el cuerpo y que, cuando muriese, volvería al Mundo de las Ideas. Por lo tanto, el alma era lo más importante. Esta estaba compuesta por tres partes, la concupiscible, la irascible y la racional (cuyas funciones eran los placeres, la fortaleza y la razón respectivamente). La última gobernaba a las anteriores y su armonía era el prototipo de hombre justo, donde la voluntad era determinismo, es decir, si la razón sabía lo bueno, lo hacía, por lo que la voluntad realmente no decidía. Diría lo mismo en cuanto al ejemplo del robo expuesto anteriormente en Sócrates. Por último, la virtud será causada por la contemplación. Su punto de vista como se puede observar, tenía muchos rasgos en común con Sócrates.

En tercer lugar, Aristóteles va a proponer otra idea opuesta a la de Platón. Elaboró la teoría hilemórfica (materia y forma juntos tanto en el ser humano como en la realidad). Él dijo que el cuerpo y el alma eran uno solo (no podían vivir separados, la materia es el cuerpo y la forma el alma). El alma que diferencia al hombre era la intelectiva, la razón. Sin embargo, esta nos decía lo bueno y lo malo, pero la voluntad era la que decidía, y se debía práctica. Por último, la virtud se alcanzaba por la repetición de actos, no por la contemplación, y llegar a ese término medio era la felicidad. Entonces, tenía muchos contrastes con Platón. El diría que, si uno sabe que robar es malo, su razón le diría que no lo haga, pero su voluntad realmente le dirá si hacerlo o no, pudiendo hacer caso o no de lo que le dicta la razón.

Saltamos a la Edad Media, donde va a ver una influencia religiosa. San Agustín va a seguir la línea platónica, pero va a introducir unos cambios: el cuerpo no era una cárcel porque no era mala porque lo había creado Dios, y el alma no era eterna (como decía Platón) sino inmortal, ya que el único eterno era Dios. Asimismo, Agustín introdujo la introspección como manera de llegar al alma y conocerse y llegar a ser mejor. Por otro lado, santo Tomás siguió a Aristóteles, por la unión de alma y cuerpo (teoría hilemórfica). Además, añadió que la felicidad se alcanzaba con la visión beatífica (contemplación de Dios en el cielo) y que, además de la voluntad, era importante la gracia de Dios para la toma de decisiones. Esta visión beatífica también la compartía con San Agustín.

Tras un nuevo salto temporal, llegamos a la Edad Moderna. Las ideas van a ser influenciadas por la razón y se pasa de lo religioso a lo filosófico y de lo ontológico a lo epistemológico. Dentro de este periodo encontramos a Descartes, a Hume, y a Kant. Descartes fue un filósofo racionalista del siglo XVII dualista. Para él, el ser humano estaba compuesto por la res extensa (cuerpo material, sometido a las leyes mecanicistas, basado en leyes físicas y matemáticas, que guiaban el mundo) y la res cogitans (alma inmaterial, de lo único de los que nos podemos fiar, la razón). Él apoyaba la idea de la libertad del alma y de la voluntad, aunque la búsqueda de un equilibrio entre la libertad y la toma de decisiones era lo que consideraba como ideal de hombre. No nos podíamos fiar de los sentidos, porque nos podían engañar, lo único en lo que podíamos confiar era en la razón, que reflejó en la frase célebre “Pienso, luego existo”. Decía que podíamos estar en un sueño, porque los sentidos no diferenciaban entre ambos y sentimos igual cuando soñamos que cuando no, así que podíamos seguir soñando sin saberlo. Por otro lado, Hume fue un filósofo empirista del siglo XVIII que opinaba que lo único verdadero y de lo que nos podíamos fiar eran los sentidos. Estos eran la única fuente de conocimiento del ser humano, así que el conocimiento era adquirido. Del mismo modo, no existía una identidad humana, ya que el hombre no era más que un conjunto de percepciones. Por lo tanto, Dios y todo aquello de lo que no teníamos experiencia no existía. En un ejemplo, si una persona perdiera la memoria por cualquier causa, él diría que esta persona había dejado de ser humano, ya que ya no tenía percepciones que lo compusiesen y había olvidado todo lo adquirido. En otro ejemplo diferente, Hume diría que no podemos saber si China o Júpiter existen porque no tenemos experiencia de ninguno de los dos. Por último, Kant unió estas dos ramas del racionalismo y del empirismo. Él pensaba que en la vida hay medios y finalidades, y que el ser humano es un fin en sí mismo y que no se puede usar como medio para otro fin, ya que esto lo despojaría de su dignidad. Asimismo, pensaba que, tanto el objeto como el sujeto influyen a la hora del conocimiento (Descartes se centraba en el sujeto y Hume en el objeto). Por último, opinaba que todas nuestras acciones tenían que convertirse en ley universal para todos e imponerse a la voluntad. Eso lo denominó imperativo categórico.

En el último salto en la Historia nos desplazamos a la Edad Contemporánea, en la que destacamos a Marx, Freud y Nietzsche. Esos filósofos (llamados de la sospecha) no se centraron tanto en la pregunta de la existencia del ser humano, sino de su conducta y funcionamiento. Marx opinaba que había que eliminar el sistema del capitalismo y de la propiedad privada, ya que no permitía la igualdad entre los hombres. Él decía que solo existía esta realidad. Freud pensaba que el ser humano se componía del ello (Principio de Placer, que se sublimaba o eliminaba por las ideas culturales, morales y políticas de la sociedad), el yo o ego (lo que se manifestaba y sobre el que actuaban las normas de la sociedad) y el superyó o superego (la apropiación inconsciente de las normas, que sublima al ello). La sublimación del ello podría llevar a enfermedades mentales, a neurosis. Para él, la religión era una neurosis colectiva. Por último, Nietzsche, marcado por su infancia, creó el concepto del superhombre, que buscaba: la ruptura de la igualdad entre las personas (el fuerte debía gobernar y pasar por encima del débil), la decisión propia del bien y del mal (similar a la idea de los sofistas de hace unos cuantos siglos), la libertad del yugo de Dios (al que consideraba que habíamos matado y que era el enemigo de la libertad) y el vivir prescindiendo de todo.


Para finalizar, presentaré mi opinión sobre este tema. Yo creo que todos los filósofos presentados tienen razones por las que pensar de esa manera y exponer esas ideas, pero estoy de acuerdo con respecto a la composición del hombre con Aristóteles y Kant, además de que van a ser los dos filósofos que se encuentran en un término medio y no se van a desviar hacia ningún extremo. Apoyo la de Aristóteles ya que pienso que es verdad que la voluntad realmente es la que decide hacer el bien o no, y no basta solo con conocer o contemplar el bien, como decían Sócrates o Platón. Por ejemplo, hay personas que saben que mentir está mal. Sin embargo, lo hacen, no basta solo con conocer, sino que la voluntad es quien toma la decisión final, y no siempre hace lo que dicta la razón. También pienso que la virtud se alcanza repitiendo los actos buenos y haciendo lo que nos dicta la razón a través de la voluntad. Si yo todos los días hago mis deberes como debo hacer, esto se convertirá en un hábito, y alcanzaré así la virtud, lo mejor en ese aspecto. También pienso que hay algo que nos diferencia de animales y plantas, y Aristóteles lo explicaba a través de las diferentes almas que presentan los diferentes organismos, y creo que la intelectiva es la que realmente nos distingue. Nosotros los humanos somos capaces de pensar esta disertación, crear máquinas, hacernos preguntas y buscar sus respuestas... cosa que plantas y animales no pueden hacer, carecen de ese alma del que habla Aristóteles. Por otro lado, apoyo la idea de Kant debido a que creo que debemos tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Por ejemplo, si no te gusta que te insulten, o no te gusta que hablen en clase, no insultes ni hables en clase tú primero. Esto pienso que, si todos lo aplicáramos, el mundo sería mucho mejor. Además, el sujeto que observa un objeto también aporta al acto de conocimiento. Por ejemplo, si nos encontramos frente a una máquina un ingeniero y un estudiante que no tiene los mismos conocimientos que el primero, el sujeto influye en la manera en la que miramos, entendemos, hacemos funcionar… ese objeto, que es lo que decía Kant. Asimismo, también apoyo el que el ser humano sea un fin en sí mismo, ya que las personas no se pueden utilizar, no son objetos, hay algo que nos diferencia de estos (que yo opino que tiene que ver con ese alma intelectiva del que habla Aristóteles), y por eso no pueden usarse como medios y ponerles un precio, cosa que sí hacemos con los materiales. Por último, también creo que lo que hacemos, decimos… tiene que convertirse en ley universal para servir de ejemplo a otras personas y que estas también hagan el bien, aunque no basta solo esta contemplación para hacer el bien, pero así la razón ya sabrá que debería hacer. Si una persona ayuda a los desfavorecidos en otros países, nosotros vemos su ejemplo y, como está bien, nuestra razón nos dirá de hacerlo, a pesar de que la voluntad deberá decidir hacerlo para alcanzar la virtud. Por lo tanto, en resumen y respondiendo a la pregunta inicial, pienso que el ser humano está compuesto por cuerpo y alma, que se relacionan de tal manera que no pueden vivir el uno sin el otro, y que es esta unidad sustancial entre ambas la que conforma un ser humano en su totalidad, que debemos respetar y considerar un fin.

9 comentarios:

  1. Sugerencia de redacción
    - Esta expresión "quien va a abrir en un principio este tema" queda un poco rara, puedes cambiarla por algo parecido a "que va a ser el que comience a reflexionar sobre este tema desde el punto de vista filosófico".


    Ortografía - Gramática
    - "Ideas" aparece con mayúsculas y como se refiere a un nombre común se pone con minúsculas, a no ser que te refieras a una cosa concreta como el Mundo de las Ideas, en el que aparecerían Mundo e Ideas con mayúsculas.
    - Los términos en latín como "res extensa" deben ponerse en cursiva. +
    - Quita la coma y deja los puntos suspensivos: " funcionar, …"


    Introducción
    - Perfecta, sigue perfectamente la rúbrica.

    Desarrollo
    En general está perfecto, salvo estas correcciones que debes hacer para no equivocarte:

    - Ojo, no son tres almas para Platón, sino que son tres partes de lo mismo. Y además hay una errata: "Está eran tres a la vez"
    - Y cuando pones entre paréntesis: "(placeres, fortaleza y razón respectivamente)" esto no es que sean las partes del alma de Platón, sino sus funciones. Eso déjalo más claro porque si no te lleva a error.

    En cuanto a Aristóteles:
    "no podían vivir separados, hilemorfismo" parece que con esta redacción, se afirma que es no poder vivir separados el cuerpo y el alma. Y es cierto, pero el hilemorfismo es más amplio afecta a la realidad, es decir no es solo para el ser humano, sino que es una ontología, la materia no puede existir sin la forma y viceversa. En el caso del Ser Humano, la materia es el cuerpo y la forma el alma, pero eso debe quedar bien claro.

    Freud: "Para él, la religión era una neurosis obsesiva" no es obsesiva, sino colectica. Una distorsión de la realidad compartida con muchas personas.


    Conclusión
    - Perfecta,sigue la rúbrica y se apoya en los filósofos estudiados.

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  2. Hola Ricardo, me parece muy interesante tu disertación ya que mencionas muchos datos, ejemplos...
    Sin embargo, en cuanto a tu conclusión o reflexión personal, concertadamente en el final de ella, mencionas que crees que todo lo que decimos, o lo que hacemos debería considerarse ley universal. No obstante, creo que si lo que se realiza, o la idea que se expone es sobre un mal hábito no debería de considerarse ley universal en este caso. Ya que no creo que sea bueno ni favorable difundir una idea que pueda tener una mal repercusión en el resto de la sociedad. Por ejemplo, si alguien comienza a decir que no estudiar para un examen es algo bueno porque estudiar los contenidos te hace perder tiempo, ahí te incitan a realizar un acto que realmente no tiene mucho sentido, y que habitualmente no lleva al bien.
    ¿Qué opinas al respecto?

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    1. Carolina, opino lo mismo que tú. Debemos actuar de tal manera que nuestros actos se conviertan en ley universal porque estos sean buenos (como decía Kant). Cuando hablo de las leyes universales, no busco que esos actos malos que la gente hace sean los que se conviertan en ley universal, solo los correctos. Así pues, en tu ejemplo, el no estudiar para un examen no se transforma en ley universal dado que no es un acto bueno, solo considero que deban serlos aquellos que sean correctos. Comparto tu opinión, era lo que quería reflejar en la disertación. Como pongo en esta “servir de ejemplo a otras personas y que estas también hagan el bien”, solo los actos buenos deben ser los que se conviertan en ley universal porque son válidos para todos.

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  3. Ricardo las ideas que propones en tu disertación y la forma en la cual explicas tan detalladamente cada filósofo es impresionante, además de que es como hacer un pequeño repaso en el que resolver todas las dudas, y estoy completamente de acuerdo con tu reflexión, porque los extremos hasta un punto pueden ser perjudiciales y hay que pensar siempre con el sentido común.

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  4. Ricardo, tu disertación es espectacular. Estoy completamente de acuerdo con las ideas que tienes acerca de las propuestas éticas y epistemológicas de Kant y Aristóteles, y con los ejemplos que presentas para explicar estas. Obrar bien requiere de conocerlo, sin embargo, la voluntad y la virtud (entendidas desde el punto de vista aristotélico), tendrán un importante papel a la hora de determinar si actuamos de este modo o no. Además, al igual que tú, considero que es nuestra capacidad de intelección es la que nos diferencia del resto de seres vivos. Asimismo, coincido contigo cuando explicas mediante el ejemplo de la máquina que, a la hora de conocer, intervienen tanto el sujeto como el objeto, y con el imperativo categórico, que también está detallado en tu disertación. No obstante, no considero que el ser humano sea el resultado de una unidad sustancial entre cuerpo y alma, como explicas en tu conclusión. En este caso, yo creo que las personas son una dualidad entre estas dos sustancias, como explican filósofos como Descartes. Yo no creo que nuestro cuerpo forme una unidad con nuestra mente y para explicarlo, supongamos que una persona, que no ha estudiado para el examen de Filosofía, copia en un examen a pesar de que su mente, conciencia, alma… le indicaba que eso no era correcto. ¿No consideras distinto al yo que piensa del yo que actúa?

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    1. Juan, sí es verdad que no siempre actuamos conforme a lo que nos dice la razón, pero yo creo que eso no se debe a una dualidad, sino a que nuestra voluntad ha optado por eso, como decía Aristóteles. Además, al igual que Aristóteles, opino que el hombre posee esas dos partes de alma y cuerpo, pero que no pueden vivir una sin la otra, de ahí la unidad sustancial que conforman en conjunto al ser humano. Apoyo su teoría hilemórfica. Además, la teoría de Platón presenta una dualidad, pero según su filosofía, como son sustancias aparte, ¿cómo vivirían ambas partes separadas?, ¿Cómo es posible que el cuerpo existiera y después el alma fuera castigada a vivir en el cuerpo?, ¿Qué sería de lo que era el cuerpo antes? Yo creo que el ser humano en su totalidad se da cuando el alma y el cuerpo están juntos, que no pueden vivir separados.

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  5. Ricardo, me ha encantado tu disertación. La forma que describes tus puntos de vista y tu reflexion, hacen que entienda todo mejor, ya que explicas todo con los detalles necesarios. Ademas, estoy totalmente de acuerdo con tu reflexion sobre este tema. Coincido contigo en que la voluntad es la que decide si hacer el bien o el mal, ya que no basta con solo conocer y contemplar lo que es el bien.
    Saludos, Alanna.

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